martes, 28 de octubre de 2008

El progreso tecnológico y socioeconómico es demaciado dispar


Sin duda existen profundas diferencias de progreso económico y social entre las diferentes regiones del globo… Y sin duda el progreso económico y social se reparte muy desigualmente y muy inequitativamente a lo largo y a lo ancho de nuestro planeta…

Y sin duda este desequilibrio fundamental es marcador de destinos y de oportunidades…

Para que esta situación realmente pueda mejorar en forma sustantiva… para que este desequilibrio fundamental pueda atenuarse en forma significativa… sin duda se necesitará un golpe de timón muy fuerte… sin duda se necesitará concebir e implementar reformas estructurales muy importantes, muy relevantes, muy impactantes, muy trascendentes…

El actual sistema financiero internacional tiene por finalidad principal la facilitación del comercio internacional… y en algún sentido por cierto puede decirse que este objetivo es cumplido en forma razonable…

Pero el actual ordenamiento económico internacional también tiene consecuencias perversas y desequilibrantes, puesto que en muchos países se produce un sistemático efecto acumulativo de las respectivas deudas externas nacionales… y ello evidentemente resta posibilidades a los respectivos desarrollos sociales nacionales… y ello en muchos casos provoca un muy fuerte retraso educativo y tecnológico en los diferentes grupos poblacionales concernidos… y ello en muchos casos también impulsa la inestabilidad monetaria y los procesos de inflación y de hiperinflación… y ello en muchos casos también tiene efectos indirectos y variados sobre el nivel del empleo y sobre la propia calidad del empleo… etcétera, etcétera, etcétera…

Sin duda el actual sistema económico internacional genera muy importantes impactos diferenciales en los diversos países del globo, lo que por cierto en muchos sentidos favorece a ciertos y a determinados grupos poblacionales, en claro e injusto detrimento de otros grupos poblacionales…

Todo a lo largo del siglo XX, las valoraciones relativas de intercambio han sufrido diversas alteraciones, y en general ellas han favorecido a los países centrales en desmedro de los países periféricos…

En las últimas tres décadas del siglo XX y en lo que va del presente siglo XXI, por cierto también se produjeron ciertas modificaciones en lo que respecta y concierne a los términos de intercambio, las que con toda evidencia no favorecieron ellas directamente a los países socialmente e industrialmente más avanzados… y en este sentido… y en este sentido especialmente corresponde señalar lo atinente y lo relativo a los precios del petróleo… ya que con toda evidencia… la evolución de los precios del petróleo en los últimos treinta y cinco años favoreció ella considerablemente a los países petroleros… favoreció ella considerablemente a los países exportadores de petróleo…

Esta nueva situación por cierto influyó fuertemente y negativamente en los países periféricos no petroleros, aunque con toda evidencia no afectó fundamentalmente la posición de privilegio de los países centrales…

Es cierto que hubo un considerable traspaso de recursos financieros desde los países periféricos no petroleros y desde los países centrales a los países petroleros (léase: a los países de la OPEP)… pero esto no llegó a desequilibrar a los países industriales, entre otras cosas porque los capitales petroleros fluyeron con mucha generosidad al interior del propio sistema bancario de los países centrales, en busca de seguridad, y también en busca de algo de rentabilidad…

En la medida que los intercambios desiguales entre países sean ellos compensados en la moneda estadounidense, no habrá forma de cambiar este estado de cosas… en la medida que los intercambios desiguales entre países continúen ellos siendo compensados en dólares estadounidenses, no habrá forma de modificar el enorme grado de dependencia de los países periféricos respecto de los países centrales… y pensar algo diferente es completamente utópico… y pensar algo diferente es vanamente ilusorio… puesto que si el manejo monetario-instrumental de la más utilizada especie dineraria internacional queda enteramente bajo la exclusiva responsabilidad de EEUU… y puesto que si además los países que son dependientes y no petroleros siguen transfiriendo recursos financieros significativos a los países centrales a través de los diversos mecanismos de deuda externa… las acciones discrecionales y voluntarias de ayuda y de cooperación que los países centrales puedan tomar a favor de los países subdesarrollados… por cierto no lograrán ellas equilibrar las inequidades… por cierto no lograrán ellas establecer ni relaciones de intercambio más equitativas y más justas entre los diferentes países, ni tampoco condiciones de vida más parejas y más equilibradamente repartidas en la geografía…

Para que eventualmente las cosas puedan llegar a ser diferentes… para que los intercambios desiguales no terminen siempre favoreciendo a los países centrales cualquiera sea el escenario vigente… cualquiera sea el sentido de ciertos desequilibrios… imprescindiblemente se necesita que los medios internacionales de pago sean ellos justa y verdaderamente administrados a nivel internacional, y además se necesita que este manejo se oriente con criterios éticos verdaderamente cristalinos y realistas… y éstas por cierto son condiciones indispensables… y éstas por cierto son condiciones imprescindibles… y éstas son condiciones sine qua non…

Pero hay también una importantísima limitación que sin duda impedirá o dificultará muy mucho la implantación de un nuevo escenario como el que acaba de ser descrito…

Véase que los países centrales por todos los medios se resistirán a aceptar modificaciones sustantivas en los términos de intercambio, por más injustos que ellos sean, y por más denigrantes que ellos sean…

Ciertamente será sumamente dificultoso poner en orden las necesidades, las demandas, y las propuestas, luego de tantísimas décadas en las que las convocatorias a conferencias internacionales y a cumbres políticas se han sucedido una tras otra, provocando inicialmente cierta esperanza y cierta ilusión, y luego dando la clarísima y concreta sensación de que las lucidas declaraciones y de que los muy generosos ofrecimientos simplemente van a parar a los cajones, dejando solamente resultados muy magros y casi inexistentes…

El llamado diálogo norte-sur parecería ser un diálogo de sordos…

El llamado diálogo norte-sur parecería ser imposible, parecería estar siempre destinado al fracaso… Y si alguna cosa se logra, y si alguna mejora se obtiene, por otro lado se quita...

El entendimiento claro y franco entre países centrales y países periféricos, respecto de la imperiosa necesidad de atenuar los enormes e injustos desequilibrios económicos y sociales que evidentemente hoy día existen en el planeta, parecería que en el mejor de los casos siempre terminara en algunas propuestas de cambio muy tímidas y muy poco significativas… se propone cambiar así alguna pequeña cosita y se propone corregir así las situaciones más absurdas, a efectos de que todo pueda continuar más o menos en los mismos términos, a efectos de que todo pueda quedar más o menos como actualmente está…

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